Nos encontramos ante situaciones donde, en la mayoría de los casos, el niño/adolescente que recibe el maltrato o sus familiares, no solicitan ayuda por distintas causas: temor, desconfianza, sentimiento de que lo que ocurre es algo normal..., y tiene que ser un “agente externo” quien haga evidente el problema. Este agente puede estar en la propia familia o en los diferentes entornos cercanos al niño (ámbito escolar, sanitario, centros de tiempo libre...) y es, en muchas ocasiones, el primero en reconocer los problemas familiares o sociales que existen.
Frecuentemente, el maestro desempeña este papel al encontrarse en una posición privilegiada, ya que:
- El niño pasa mucho tiempo en el colegio.
- La interacción profesor-alumno es cercana y se produce de forma continuada.
- Puede observar las conductas de todos los niños y compararlas entre sí.
- Puede tener acceso al entorno familiar del niño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario